El Virgen del Rocío es pionero en tratar dolores neuropáticos resistentes a los fármacos
La Unidad del Dolor del Hospital Virgen del Rocío ha iniciado una nueva andadura para tratar a pacientes con dolor neuropático que rechazan los medicamentos y tratamientos tradicionales con nuevas terapias, complejas y costosas, pero que están dando resultados, gracias también al equipo multidisciplinar apoyado por los expertos de este centro sanitario.Tan buenos son los resultados y tanta es la demanda de pacientes de Sevilla y Huelva que se abrirá una nueva área asistencial además de la que ya funciona en el hospital y no será tarde pues las obras comenzarán probablemente antes de que acabe el año, según el doctor Antonio Pajuelo, responsable de dicha unidad.
Su equipo ve a 3.000 nuevos pacientes al año y tiene un millar en lista de espera con dolor neuropático de difícil control. Es más, Pajuelo refiere que por las urgencias de Traumatología del Virgen del Rocío cada día pasan uno o dos pacientes con dolores refractarios.Porque el dolor no mata pero invalida tanto y provoca tal sufrimiento que tiene serias repercusiones sobre el organismo y la psique, por no citar las consecuencias sociales y económicas.Además, el 34% de la población tiene dolor y cada vez habrá más pues la diabetes o la hipertensión responden bien a los fármacos «pero nuestra edad responde muy mal a la columna y la columna es el 90% de los problemas a partir de los 70 años», dice Pajuelo.Dentro del dolor se encuentra el dolor crónico que es el que tiene más de tres meses de duración y que afecta a un 30% de la población general. Formando parte del dolor crónico está el dolor neuropático severo ligado en un buen número de casos al dolor de difícil control o refractario que alcanza hasta a cuatro de cada cien personas, «una cifra nada desdeñable que va en aumento».Dice el doctor Pajuelo que su origen es diverso y varía desde los que están relacionados con enfermedades metabólicas como la diabetes mélitus o infecciones víricas como el herpes zóster (culebrinas), la afectación de nervios de la columna en forma de «ciáticas» y las neuropatías secundarias a los procedimientos quirúrgicos como amputaciones de miembros, cirugía de la columna vertebral o lesiones nerviosas en muchas operaciones.«El 1% de todo lo que se opera en Europa deja algún daño en el nervio —asegura el doctor Pajuelo— y esto no es ninguna tontería. Probablemente el dolor crónico en su conjunto, pero especialmente este de tipo neuropático, y de difícil control, se ha minusvalorado como problema de salud».Como ejemplo para comparar su trascendencia destaca que una patología de tanto impacto social como la diabetes infanto-juvenil que llega a alcanzar cifras del 0,12% en la población se considera, y lo es, un problema importante.Consciente de la situación, la Unidad de Tratamiento del Dolor Crónico Refractario, está poniendo en práctica desde hace unos años una estrategia pionera para este dolor rebelde al tratamiento convencional.El doctor Pajuelo, anestesiólogo y profesor del departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina, además de presidente del capítulo español de la Sociedad Internacional de Neuromodulación, lidera a un grupo de profesionales que utilizan terapias complejas disponibles hoy día para el tratamiento de estos pacientes.Así, se encuentran la aplicación de radiofrecuencia normal y refrigerada sobre estructuras nerviosas para reducir su hipersensibilidad, la navegación diagnóstica y terapéutica en el canal medular, la aplicación de energía eléctrica mediante electrodos implantables permanentes en la médula y otras estructuras nerviosas, la infusión de fármacos dentro de la médula mediante dispositivos implantables subcutáneos y la posibilidad de aplicar terapias de modificación de la respuesta inmune —origen, en ocasiones, de la gravedad y permanencia del dolor neuropático— mediante fármacos específicos para ello.El problema de estas técnicas para tratar el dolor es que son caras por lo que la última palabra la tienen las decisiones políticas.Por ejemplo, el estimulador de ganglios de raíz dorsal que se le ha implantado a Antonio Martínez, uno de los pacientes, cuesta, 23.000 euros, solo el aparato.La unidad del doctor Pajuelo es la única de España que tiene esta terapia y él uno de los 26 especialistas que la administran en el mundo.Otra cuestión a tener en cuenta es que estos dolores refractarios atacan a personas de todas las edades, son muy «democráticos», por lo que la citada técnica que se ha aplicado a dicho paciente de 77 años también la ha recibido una niña de 11.Incluso hay una persona de 90 años en la unidad con una lesión en un nervio después de la amputación de una pierna.«Estamos empezando un nuevo camino —termina el doctor Pajuelo— somos pioneros en España porque en nuestro país no hay un equipo formado como el nuestro. Yo soy profesor y tengo una asignatura optativa en 5º curso sobre el dolor en la práctica médica. Quiero decir con esto que es un nuevo campo por el que hay que apostar porque se puede aliviar el dolor de miles de personas que malviven con él. Hemos visto a gente queriendo suicidarse, a gente que no puede dormir, ni ponerse una camisa siquiera porque el roce es insoportable».